Cuando Henry Ford estaba a punto de morir, en su lecho de muerte, aún planeando

nuevas industrias, nuevos negocios, alguien le dijo: —¡Pero si se está usted muriendo! Según los médicos, no vivirá más de unos cuantos días. Ni siquiera están seguros de eso; podría morir hoy o mañana. ¿Y ahora qué? Ha dedicado su vida entera a esto, y tiene mucho dinero, mucho más de lo que puede gastar. Ese dinero no sirve para nada. ¿Por qué se empeñó en crear tantas empresas? Seguramente Henry Ford dejó de planear cosas unos momentos y respondió: —Mire, no puedo parar. Es imposible. Solo la muerte me detendrá; yo soy incapaz. Mientras esté vivo querré subir un peldaño más. Sé que es absurdo, pero no puedo parar.

Osho . El libro del ego .

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