El conocimiento concerniente a las glándulas endocrinas o de secreción interna, está aún en estado
embrionario. Mucho se sabe acerca de las glándulas que están vinculadas al centro sacro y también sobre la glándula tiroides, pero hasta ahora lógicamente la profesión médica no admite que sean efectos de la actividad o inactividad de los centros, o la línea de menor resistencia, existente entre los centros sacro y laríngeo. Algo se conoce (no mucho) acerca del cuerpo pituitario, pero su primordial importancia, al afectar la respuesta psicológica del individuo, aún no ha sido captado adecuadamente. Nada se conoce, hablando con propiedad, sobre las glándulas pineal y timo, y ello se debe a que los centros coronario y cardíaco no están despiertos en el hombre subdesarrollado ni tampoco en el ciudadano común. La existencia de una considerable riqueza de conocimiento sobre el centro sacro (como fuente de creación física) y los efectos condicionantes de la glándula tiroides, se debe a que ambos centros están ya despiertos en el hombre común, y cuando funcionan adecuadamente y se ha establecido la interacción necesaria, tenemos entonces un individuo muy sexual que es también un artista creador en alguna línea del arte. Como bien saben, esto es muy frecuente. Cuando el centro ajna y su exteriorización, el cuerpo pituitario, se hallan también activos y los tres centros -sacro, laríngeo y ajna- comienzan a relacionarse, a funcionar y a establecer una relación consciente y definida entre aquel y los demás centros (lo cual depende del rayo, de la conciencia objetiva y del entrenamiento), tenemos entonces al místico práctico, al humanista y al ocultista.
Alice A. Bailey . El Sexo .