De modo que, con las nubes suspendidas sobre las copas de los árboles y con
los pájaros silenciosos que aguardan los truenos, ésta es una mañana apropiada para estar serios, para inquirir en toda la existencia, para cuestionar a los dioses mismos y a toda la actividad humana. Nuestras vidas son muy cortas, y durante ese corto periodo no hay nada que aprender acerca del campo total de la psique, que es el movimiento de la memoria. Sólo podemos observarlo. Observar sin movimiento alguno del pensar, observar sin el tiempo, sin el conocimiento pasado, sin el observador, que es la esencia del pasado. Sólo observar. Observar esas nubes que se forman y vuelven a formarse, observar los árboles, los pajarillos. Todo eso es parte de la vida. Cuando uno observa atentamente, diligentemente, no hay nada que aprender; sólo existe ese vasto espacio, ese silencio, ese vacío que es energía devastadora.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .