Alguien le preguntó a Buda: -¿Quién eres? Y Buda dijo: -No pertenezco a clase alguna.

Simplemente existo. Existo, pero no pertenezco a clase alguna. En este preciso momento, puedes vislumbrarlo. Si no estás pensando, ¿quién eres? ¿Dónde está el tiempo? ¿Hay un pasado? ¿Y un futuro? Entonces, este momento se transforma en la eternidad. Todo el proceso del tiempo no es más que un ahora prolongado. Todo el espacio no es más que un aquí extendido. Entonces, cuando me preguntas por qué estoy aquí, o por qué tú estás aquí, es porque es la única manera de existir. No podría estar en ninguna otra parte, así como tú no podrías estar en ningún otro lugar. Así es como nos hemos reunido. Tal vez no puedas verlo bien ahora. Para ti, los nexos no están tan claros, porque tu propio inconsciente no te resulta tan transparente, ya que no te conoces del todo. Te resulta conocida una décima parte de tu ser; las restantes nueve partes permanecen en la oscuridad. La contemplación es la clave de la meditación. Contempla tu mente. No hagas nada: ni repetir un mantra, ni repetir el nombre de Dios. Sólo observa lo que la mente hace. No la perturbes, no la obstaculices, no la reprimas; no emprendas nada por tu parte. Limítate a ser un observador. Y el milagro de la contemplación es la meditación. A medida que observes, lenta, lentamente, la mente se vaciará de pensamientos. Pero no te estás quedando dormido; estás cada vez más alerta, más consciente.

Osho . El Dios de todos .

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