La más alta forma de yoga no es para enseñarse ocasionalmente; es algo que uno
hace, quizá todos los días, para estar perfectamente atento a su cuerpo. Uno vigila su cuerpo de modo que éste no haga ningún movimiento, ningún gesto que no sea observado. No hay ni un solo movimiento innecesario del cuerpo, pero sin que éste sea controlado. Tal vez consideren ustedes que el yoga es algo que debe practicarse día tras día para desarrollar los músculos, para poseer un cuerpo musculoso. No se trata de eso en absoluto. Es algo que uno vive todo el día, observándolo todo atentamente, estando claro al respecto. El otro día hablamos acerca de maestra relación con la naturaleza, con toda la belleza del mundo, con las montañas, los bosques, los cerros y las sombras, los lagos y los ríos. Hablamos de la imagen que crea el pensamiento y que se interpone entre uno mismo y la montaña, los campos y las flores, tal como uno crea una imagen de la esposa o el marido, etcétera, imagen que impide una relación completa. Ahora hay una relación entre ustedes y quien les habla. Es muy importante que se comprenda esa relación. Quien les habla no está persuadiéndolos acerca de ningún punto de vista ni está ejerciendo ninguna clase de presión para que ustedes escuchen, acepten o rechacen lo que se dice. El no tiene autoridad alguna. No es un gurú. Detesta la idea de liderazgo, tanto el psicológico como el espiritual. Para él todo eso es una abominación (y eso es lo que realmente quiere decir). Esto no es para ser tomado a la ligera.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .