Sigmund Freud tenía razón al decir que todas las armas no son sino símbolos fálicos:
la espada, el cuchillo, la bayoneta, no son sino símbolos fálicos. No se permite al soldado que entre en el cuerpo de otro, en el cuerpo de una mujer. Está loco por penetrar y es capaz de cualquier cosa, y su ser se inunda de un deseo perverso. Es la represión sexual, y le gustaría penetrar el cuerpo de alguien con una bayoneta, con una espada...
Osho . El libro del ego .