Vete a los pueblos primitivos que viven en las montañas o en las selvas, vete
a los aborígenes, y no hay consciencia del tiempo, porque la mente aún no ha sido cultivada. Y sucede de nuevo: cuando, mediante el entendimiento, uno desecha toda la nostalgia del pasado y todas las fantasías del futuro, el tiempo desaparece otra vez. Y con la desaparición del tiempo, de pronto ya no se encuentra la mente. Y cuando no hay mente hay silencio. En ese silencio el más allá penetra en la Tierra, en ese silencio lo desconocido desciende a ti. En ese silencio, el encuentro con Dios; en ese silencio, la bendición, el gozo. En ese silencio está el Reino de Dios.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .