En vez de cumplir un destino tan noble, su espíritu, su corazón v su alma.

toda su persona es continuamente el órgano y el esclavo de los signos extraños que dirigen todos sus movimientos. Es como esos reyes que tienen todas sus facultades concentradas y doblegadas y ya no sirven nada más que de juguete perpetuo de las opiniones de sus apasionados ministros.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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