Pero primero habéis de embellecer el templo. Habéis de hacer perfecto, fuerte y realmente hermoso
este templo, que es vuestro cuerpo físico. Todo gesto, todo movimiento, toda actitud, tanto en tiempo de bienestar como de angustia, a cada hora y momento del día deben ser refinados y bellos y representar el templo en que mora la Eternidad. Por lo tanto, debéis tener este cuerpo absolutamente limpio, hermoso y radiante, de modo que Él que está en vuestro corazón pueda manifestarse por medio de vuestras expresiones físicas.
Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .