Constantemente recuérdale a la conciencia exterior que cuando tú dices «YO SOY», pensando en el

poder infinito de Dios, has puesto en función ese poder para cumplir con éxito la idea que tienes en conciencia. Los estudiantes sinceros no deben olvidar esto por un solo momento, hasta que la verdad se radique y actúe automáticamente. Verán, pues, qué ridículo es decir «estoy enfermo, estoy económicamente restringido», cuando parezca faltar cualquier cosa.

Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .

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