¿Por qué busca Dios así al hombre, por tantos medios tan variados, repetidos, mantenidos y

continuos? Es para que sea en todo detalle la imagen y semejanza de esa divinidad eterna, porque, para que exista esta semejanza, no basta con que el hombre pueda leer en las maravillas de la sabiduría, no basta con que pueda pintarlas y manifestarlas con sus obras, no basta con que su palabra pueda repetir alrededor de él las obras de esa divinidad suprema, sino que es preciso que, lo mismo que ella, pueda ejercer tales derechos voluntariamente y por el privilegio sagrado de su santo carácter, para que, al compartir los poderes de su principio eterno, comparta también su gloria y sea de este modo la imagen real de este principio, en vez de no ser nada más que, como la naturaleza, una imagen figurativa. Por eso es por lo que la sabiduría divina lo busca con tanto amor, con tanto interés, y procura con tanto cuidado no forzarlo, porque considera y respeta, por decirlo así, este privilegio honorable del que ella misma lo ha hecho depositario.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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