Cada ser humano es un poder y debe ser el Principio Gobernante de su vida
y su mundo. En el hecho que dentro de cada ser humano está la Presencia «YO SOY» siempre actuando, se puede ver que cada uno mantiene entre sus manos físicas el cetro del dominio y debe recordar que la invencible Presencia de Dios es en todo momento la actividad inteligente de su mundo y sus asuntos. Esto le mantiene la atención alejada de la apariencia exterior, que jamás contiene la Verdad, a menos que sea iluminada por la Presencia «YO SOY».
Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .