Una maravillosa ilustración de esto se manifiesta en la bella infancia. Hasta que el niño
no es lo suficientemente grande para empezar a acumular la discordia, su cuerpo es bello y expresa la Perfección. Esta Perfección de forma se mantendrá siempre, si no entrara en la conciencia del niño la discordia del mundo exterior. Hay aquellos que me dirían: ¿Y qué pasa con el niño que nace enfermo y perturbado? En la mayoría de los casos esa condición es traída de la encarnación precedente, o en casos raros, cuando hay una discordia muy intensa entre los padres, ésta puede ser lo suficientemente fuerte para registrarse en el niño. Pero ustedes notarán que en esa clase de casos, a medida que el niño empieza a crecer y desarrollarse el disturbio se notará cada vez menos. Esa es la prueba absoluta de que la discordia no fue su propia creación, sino que fue impuesta en él por los padres, porque su alma era lo suficientemente fuerte para elevarse por encima de ella.
Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .