La verdadera meditación (cuyas etapas preliminares son la concentración y la dedicación en cualquier línea

determinada de pensamiento) diferirá según el individuo y el tipo. El hombre religioso, el místico, enfocará su atención en la vida que reside en la forma, en Dios, en Cristo, o en lo que para él encarne su ideal. El comerciante, el profesional, que durante horas de trabajo se centraliza en su negocio y enfoca su atención en los problemas que debe resolver, aprende a meditar; posteriormente, cuando entra en el as¬pecto espiritual de la meditación, descubrirá que ha recorri¬do la parte más ardua del camino. Quien lee un libro difícil y se esfuerza con todo su poder mental en comprender el sentido de las palabras, medita hasta donde le es posible en ese momento. Digo esto para alentarlos, pues vivimos en una época en que hay muchos libros que se refieren a la medita¬ción. Todos presentan algún aspecto de la verdad y pueden ser de ayuda, pero no contienen lo mejor para el individuo. Debemos descubrir nuestro propio método de concentración, cerciorarnos de cuál es nuestro método de acercarnos a lo interno y estudiar qué es la meditación.

Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .

Índice