No dudemos ni siquiera que, al final de los tiempos, estas abominaciones se hagan universales
y casi todas las naciones se sometan a la dirección de espíritus particulares e inferiores que, al no estar relacionados con la gran fuente de la luz, extraviarán a los hombres, cada uno a su manera. Nacerá una multitud de ciencias, de sectas, de prodigios y de acontecimientos maravillosos que lucharán unos contra otros. Ése es el sentido del evangelio: se verá levantarse pueblo contra pueblo, reino contra reino.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .