Veremos, además, cómo deben producir estas unidades parciales resultados semejantes en nosotros, para cumplir el
objetivo de su existencia y de su ley, ya que no hay en la naturaleza ningún ser que no deba producir del mismo modo una unidad, dependiendo de su clase, e incluso una unidad que presente de forma sensible el inventario de todo lo que existe. Por eso, con mayor razón, nuestro ser pensante debe disfrutar de un privilegio semejante, ya que está encargado de un modo especial de representar al ser santo, eterno y divino, mientras que las sustancias de la naturaleza sólo dan pruebas de los poderes de este autor universal de los ángeles, de los espíritus y de todo el universo.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .