Sentado ahí, en la silla siguiente, estaba un cristiano transformado. Y cuando al otro lado
de la mesa alguien mencionó a Cristo, uno podo sentir inmediatamente la restrictiva y reverencial reserva. Esa palabra había condicionado el cerebro. Es algo muy extraordinario observar todo este fenómeno de comunicación con las palabras; cada raza da una significación y un sentido diferentes a la palabra ‘sufrimiento’; y así se crea una división, una limitación al sentimiento de que la humanidad sufre. El sufrimiento de la humanidad es común a todos, lo comparten todos los seres humanos. El ruso puede expresarlo de un modo, el hindú, el cristiano, etcétera, de un modo diferente, pero el hecho del sufrimiento, el sentimiento factual de dolor, de pena, de soledad, ese sentimiento en sí jamás moldea o condiciona el cerebro. De modo que uno se vuelve muy atento a las sutilezas de la palabra, a su significado, a su influencia.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .