Esta energía que el hombre desperdicia es la fuerza que les permitiría unirse firmemente a

la Presencia «YO SOY». Es la vida que necesita para asirse a la Presencia de Dios «YO SOY». Cuando el ser exterior ha pasado centurias usando su fuerza vital para crear condiciones erradas, ese desperdicio se vuelve un drenaje abierto y constante contra la conciencia individual.

Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .

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