El sentido de esta respuesta puede anunciar, en realidad, la diferencia que hay entre el

reino de la materia y el del espíritu, ya que el reino de la materia está degenerando continuamente, pues su principio, sus medios, su final, todo lo que hay en ella es limitado y termina en la nada, mientras que el reino del espíritu tiene que seguir un crecimiento continuo y siempre promete al hom- bre nuevos placeres. Pero, esta diferencia estaba muy clara, ya que es el mis- mo reparador el que había actuado directa y espiritualmente en el agua con que había hecho que llenasen los cántaros. Además, el sentido de la observa- ción del responsable de] banquete anunciaba de una forma aún más clara el carácter y el alcance de la ley antigua y el espíritu de la ley nueva que acababa de traer a la tierra el amor Divino.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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