Al reaccionar el motivo sobre el carácter crea a la larga una serie de efectos,

porque las acciones futuras, determinadas por dicho carácter, quedarán influidas por el mejoramiento o perversidad del mismo carácter. La acción, por el contrario, al allegar a su autor la dicha o la desgracia física según su efecto sobre el prójimo, no entraña ninguna fuerza generadora, y se agota por su mismo esfuerzo.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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