En algunos individuos de larga vida del reino vegetal principia a manifestarse el elemento de

la personalidad, cuyo pronóstico de individualización se debe a la estabilidad del organismo. En un árbol que viva varias veintenas de años, la repetida ocurrencia de condiciones similares ejercen análoga acción: las estaciones que vuelven año tras otro con los movimientos consecutivos internos que determinan la elevación de la savia, el brotar de las hojas, el contacto del viento, de los rayos del sol y de la lluvia, todas estas influencias con su progreso rítmico, despiertan vibraciones a que responde el alma monádica del grupo, y como la sucesión de aquéllas se imprime por repetición constante, la ocurrencia de una conduce a la vaga expectación de su sucesora tantas veces repetida.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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