A partir del momento en que se te presenten estas situaciones de aspecto favorable, el

mismo enemigo, que se defiende, te pasará su factura y las irá reduciendo, hasta el punto de hacerlas casi inútiles, por no decir perjudiciales. Ya que te convierten en su esclavo y tributario, en vez de tener la libertad que habrías esperado; pero si creas esta situación fuera de la región de las tinie- blas, no podrá imponerse el enemigo y ni siquiera se enterará de que existe tal situación y lo dejarás vagando por su abismo, sin que pueda darse cuenta ni de tus movimientos ni de tus éxitos.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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