Vamos a considerarlo de otro modo. ¿Qué son los sueños? ¿Por qué soñamos? No me
estoy desviando de la cuestión. Soñáis porque durante el día tenéis el cerebro tan ocupado, que no tiene la quietud en la cual y con la cual pueda profundizar. Y ya sabéis cómo está ocupado: con el empleo, la competencia, con mil cosas. De modo que, mientras estáis dormidos, hay insinuaciones, intimaciones de lo inconsciente, que se convierten en símbolos, sueños; y, al despertar, los recordáis y tratáis de interpretarlos o de que os los interprete otro. Ya conoceis todo este proceso. Pero ¿por qué soñáis siquiera? ¿Por qué habéis de soñar? ¿No es acaso el sonar si puedo usar la palabra- falso? Porque, si sois observadores, si os dais cuenta de todo lo que pasa alrededor y dentro de vosotros en todas las horas de vigilia, entonces, en esa vigilancia dejáis al descubierto todo a medida que avanzáis, todos los motivos inconscientes salen a la mente consciente y son comprendidos, deseos, impulsos. Entonces, cuando dormís, no es posible soñar; entonces el dormir tiene otro significado completamente distinto. Lo mismo pasa con el análisis. Si podéis percibir el proceso total del análisis de una ojeada y efectivamente podéis- entonces veis muy bien que mientras haya un observador, un censor que interpreta, el análisis tiene siempre que ser falso. Porque la condenación o la aprobación que formula el censor se basa en su condicionamiento.
Jiddu Krishnamurti . El Estado Creativo de la Mente .