Si no te desvías de la contemplación de estos principios, comprenderás por qué se le
da a beber vinagre, porque, al margen de que los intérpretes digan que era costumbre dar a los crimínales una poción amarga, verás que el hombre no podía encontrar otra después de separarse de la fuente eterna de las aguas vivas y puras y que el reparador, sufriendo corporalmente una ley tan rigurosa, daba al mismo tiempo una instrucción profunda al pensamiento y trazaba el camino al espíritu de los que quieren caminar por los caminos de la regeneración.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .