¿Cuál es, entonces, el problema? ¿Cómo puede uno tener esta alegría creativa del vivir, ser
efusivo en sus sentimientos, amplio en el pensar y, no obstante, ser preciso, claro, ordenado en el vivir? Pienso que la mayoría de nosotros no es así, porque jamás sentimos nada intensamente, jamas entregamos por completo a algo nuestras; mentes y nuestros corazones. Recuerdo haber estado observando a dos ardillas rojas que, con sus espesas y largas colas y su hermoso pelaje, estuvieron persiguiéndose mutuamente hacia arriba y abajo de un alto árbol durante casi diez minutos y sin detenerse ni un instante tan sólo por la alegría de vivir. Pero ustedes y yo no podemos conocer esa alegría si no sentimos las cosas profundamente, si no hay pasión en nuestras vidas pasión, no para hacer el bien o para producir alguna reforma, sino pasión en el sentido de percibir las cosas con mucha fuerza; y esa pasión vital sólo podemos tenerla cuando hay una revolución completa en nuestro pensar, en la totalidad de nuestro ser.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .