Sin duda alguna, solamente después de haber purificado así su ser y reali- zado en
sí esa triple resurrección, el hombre nuevo hará en sí mismo la elec- ción de que hemos hablado antes, o elección de las doce virtudes que deben manifestarlo en toda la extensión de sus propias regiones. Antes de esta época, era tan incapaz de hacer una elección de este tipo, que ni siquiera hubiese podido concebir su idea y mucho menos llevarla a cabo, si no hubiese venido el espíritu de verdad a ocupar en él el puesto de sus substancias de mentira. Además, se da más cuenta que nunca de hasta qué punto nos exponemos cuan- do nos atrevemos a caminar solos por la carrera espiritual y aprende de nuevo en el espíritu que lo dirige, en el príncipe de los justos y en el reparador, a adherirse a esta santa reserva, ya que este mismo reparador, o príncipe de los justos, no quiere hacer por sí mismo la elección de los doce apóstoles, sino que pasa toda la noche en oración antes de elegirlos (Lucas 6: 12).
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .