Con esto nos daba también una instrucción luminosa sobre la conducta que mantiene generalmente el
enemigo hacia los hombres. Se ha hecho administrador de nuestras facultades y, en vez de encauzar su administración en beneficio de la utilidad del amo, no piensa más que en la suya propia. Por eso, cuando prevé que el amo va a pedirle cuentas y a echarlo de su puesto, trata de encontrar personas que lo reciban en su casa. Hace que vengan uno a uno los deudores que hay en nosotros y dice al primero: «¿Cuánto debes al amo? ¿Cien barriles de aceite? Ve a tu trabajo, siéntate y haz una labor por el valor de cincuenta. Dice a otro: ¿cuánto debes tú? ¿Cien medidas de trigo? Ve a tu trabajo y haz por ochenta».
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .