Me pregunto si ha observado el papel enorme que el intelecto juega en nuestra vida.

Los diarios, las revistas, todo cuanto nos rodea cultiva la razón. No es que yo esté contra la razón. Por el contrario, debemos tener la capacidad de razonar muy clara y agudamente. Pero si usted observa, encontrará que el intelecto está perpetuamente analizando por qué pertenecemos o no pertenecemos a algo, por qué debe uno ser un extraño con respecto a este mundo para encontrar la realidad, etc. Hemos aprendido el proceso de autoanalizarnos. Está, pues, el intelecto con su capacidad de inquirir, analizar, razonar y llegar a conclusiones; y está el sentir, el puro sentir, que siempre es interrumpido, coloreado por el intelecto. Y cuando el intelecto interfiere con el puro sentir, de esa interferencia se desarrolla una mente mediocre. Por una parte, tenemos el intelecto, con su capacidad de razonar basada en los agrados y desagrados, en su condicionamiento, en sus experiencias y conocimientos; y por la otra, tenemos el sentir, corrompido por la sociedad, por el miedo. ¿Revelarán ambos, el intelecto y el sentir, qué es lo verdadero? ¿O sólo existe la percepción y nada más?.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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