En la mayor parte de la humanidad el centro sacro y el plexo solar rigen
la vida, y debido a ello el deseo por las cosas materiales y la vida sexual están estrechamente fusionados. El plexo solar es el cerebro del animal y rige todas las reacciones instintivas, pero no se halla tan estrechamente aliado con la expresión puramente sexual como en el ser humano. Cuando el cerebro sea sensible a la mente que va despertando, y no esté tan ocupado con el mecanismo que registra la impresión sensoria, tendremos la orientación que finalmente elevará la conciencia hasta los centros situados arriba del diafragma.
Alice A. Bailey . El Sexo .