¿Cómo podemos poner en práctica lo que usted nos dice? Usted oye algo que considera
correcto y quiere llevarlo a la práctica en su vida cotidiana; existe, pues, un vacío que separa lo que usted piensa de lo que hace, ¿no es así? Piensa una cosa y hace otra. Pero desea poner en práctica lo que piensa, de modo que hay un vacío entre la acción y el pensamiento; y entonces pregunta cómo puede llenar el vacío, cómo puede conectar su pensar con su acción. Ahora bien, cuando usted desea muchísimo hacer algo, lo hace, ¿verdad? Cuando desea ir a jugar al criquet, o hacer alguna otra cosa que realmente le interesa, encuentra las maneras y los medios de hacerla; nunca pregunta cómo poner eso en práctica. Lo hace porque anhela hacerlo, porque todo su ser, su mente y su corazón están puestos en ello. Pero en esta otra cuestión se ha vuelto muy astuto, piensa una cosa y hace otra. Dice: “Ésa es fina idea excelente, e intelectualmente la apruebo, pero no sé qué hacer al respecto, así que por favor dígame cómo ponerla en práctica” lo cual significa que usted no quiere hacer eso en absoluto. Lo que en realidad quiere es posponer la acción, porque le gusta ser un poquito envidioso, o lo que fuere. Dice: “Todos los demás son envidiosos, ¿por qué no yo, entonces?”, y sigue exactamente igual que antes. Pero si realmente no quiere ser envidioso, y ve la verdad de la envidia tal como ve la verdad de una cobra, entonces deja de ser envidioso y se terminó; jamás preguntará cómo puede librarse de la envidia. Lo importante, pues, es ver la verdad de algo, y no preguntar cómo llevarlo a la práctica lo cual implica realmente que uno no ve la verdad de ello. Cuando usted se encuentra con una cobra en el camino, no pregunta: “¿Qué tengo que hacer?” Comprende muy bien el peligro de una cobra y se mantiene apartado de ella. Pero jamás ha examinado realmente todas las implicaciones de la envidia; nadie le ha hablado al respecto, nadie lo ha investigado profundamente con usted. Le han dicho que no debe ser envidioso, pero usted jamás ha investigado la naturaleza de la envidia; jamás ha observado como la sociedad y todas las religiones organizadas se basan en ella, en el deseo de llegar a ser algo o alguien. Pero en el momento en que usted investiga la envidia y ve realmente la verdad de ella, la envidia se retira. La pregunta, “¿Cómo he de hacerlo?” es una pregunta irreflexiva, porque cuando usted se interesa realmente en algo y no sabe cómo hacerlo, emprende la acción y pronto comienza a descubrir. Si se sienta cómodamente y dice: “Por favor, indíqueme un método para librarme de la codicia”, continuará siendo codicioso. Pero si inquiere en la codicia con una mente alerta, sin ningún prejuicio, y si entrega a ello todo su ser, descubrirá por sí mismo la verdad de la codicia. Y es la verdad la que lo libera, no su búsqueda de un método para ser libre.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .