Cuando un conflicto de deberes aparentes dificulta reconocer el sendero de la justicia, el hombre
que reconoce el Karma esfuérzase en escoger el mejor camino, sacando el mejor partido posible de su razón y su juicio. Es absolutamente escrupuloso en cuanto al motivo, prescindiendo de toda consideración egoísta, purifica su corazón, obra sin temor, y si yerra, acepta voluntariamente el sufrimiento que resulta de ello, como una lección que dará su fruto algún día. Su elevada intención ennoblece su carácter en lo futuro.
Annie Besant . La sabiduría antigua .