«Le has dado poder sobre todos los hombres, para que dé la vida eterna a

todos los que le has dado; pero la vida eterna consiste en conocerte a ti, que eres el único Dios verdadero, y al reparador que has enviado». No se da al hombre nuevo poder sobre todas las regiones de su ser, nada más que con el fin de que les comunique la vida eterna, de la que está lleno; pero esta vida eterna, ¿puede ser otra cosa más que conocer al autor supremo de la vida, en quien él ha enviado para manifestarlo, y sentir en nosotros mismos, como se nos ha dado, la obra efectiva de este nacimiento espiritual por el nacimiento del hombre nuevo en nosotros? Esta maravilla podría colmarnos de alegría, pero no debería sorprendernos, si tuviésemos siempre en la mente que todos debemos ser nexos, imagen y semejanza de Dios.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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