Salir a dar un paseo por los campos con el ganado y los jóvenes corderos,

y pasear por los bosques con el canto de los pájaros, sin un solo pensamiento en la mente... Sólo observar la tierra, los árboles, las ovejas, y escuchar el llamado del cuclillo y el canto de las palomas torcazas; pasear sin emoción alguna, sin ningún sentimiento, observar los árboles y toda la tierra... Cuando uno observa así, aprende acerca del propio pensar, está atento a las propias reacciones y no permite que escape un solo pensamiento sin haber comprendido cómo surgió, cuál fue su causa. Si uno está alerta, sin dejar pasar jamás un pensamiento, entonces el cerebro se queda muy quieto. Entonces uno observa en gran silencio, y ese silencio tiene una profundidad inmensa, una perdurable e incorruptible belleza.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

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