Sólo en la medida en que las almas van separándose de su propia región aparente,
van concibiendo por completo el reino del Señor y oyen su palabra. Sólo por cada una de las grietas de nuestro corazón podemos recibir algunos rayos del nombre vivificador y podemos conseguir testimonios de su gloria y de su poder, lo mismo que solamente con la fracción del pan fue reconocido el reparador por los mismos discípulos con los que había venido conversando por el camino.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .