Conviene recordar ahora un tema folklórico europeo que incluye el argumento del rejuvenecimiento por el

fuego del horno I6. Jesucristo (o San Pedro, San Nicolás, San Elias) desempeña el papel de un herrador que cura a los enfermos y rejuvenece a los ancianos introduciéndolos en un horno caliente o forjándolos sobre un yunque. Un soldado, un sacerdote (o San Pedro, etc.) o un herrero tratan de repetir el milagro con una anciana (la suegra, etc.), pero fracasan lamentablemente. Pero Jesucristo salva al imprudente herrero resucitando a la víctima de sus huesos o de sus cenizas. En cierto número de cuentos Jesucristo llega a una forja que tiene este rótulo: «Aquí habita el señor de los señores». Entra un hombre con un caballo para herrar, y Jesús consigue del herrero el permiso para hacer el trabajo; levanta una tras otra Jas patas del caballo, las coloca sobre el yunque, calienta el hierro y lo coloca entre la pezuña y el clavo. Arroja después al fuego del horno a una anciana (la esposa del herrero, su suegra, etc.) y, al forjarla sobre el yunque, la convierte en una muy hermosa joven. El herrero trata de repetir esta acción con los resultados que conocemos (Edsman, Ignis Divinus, pp. 40, 82 y ss.).

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

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