Entonces, este hombre nuevo habrá salido verdaderamente del estado de infancia en que se encuentra
todavía este hijo querido del espíritu que ya hemos visto nacer e incluso aparecer en medio de los doctores, cuando tenia doce años, pero todavía no ha llegado a ese estado de virilidad que figuramos de antemano y que no hay que confundir con el estado de felicidad que nos espe- ra después de la muerte corporal, si hemos seguido las leyes de la sabiduría.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .