Pero, si los judíos, el pueblo de la antigua alianza y de la ley materialmente
figurativa, debían vivir separados de las naciones, ¿cuánto más alejado todavía debe vivir el hombre de la nueva ley? ¿Pueden entenderlo y comprenderlo las naciones? ¿Pueden ser admitidas las naciones a su sublime alianza, antes de haber concebido las leyes y las ordenanzas y antes de haberlas cumplido? ¡Mundo, mundo! Sí, hay verdades grandiosas, dulces, consoladoras y capaces de disipar todas tus tinieblas y tus problemas; pero todavía no ha llegado el momento de que sean ciertas para ti y, si un hombre de la nueva ley se apresurase a abrirte los tesoros de tu alianza, caería pronto en desgracia como los judíos y estaría condenado, como ellos, a recurrir a la ayuda y la caridad de las naciones.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .