La evolución durante el manvantara lunar produjo siete clases de seres, llamados en términos técnicos

Pitris (Antepasados), porque engendraron los seres del manvantara terrestre. Se les menciona en La Doctrina Secreta con el nombre de Pitris Lunares. Más avanzados que éstos se encuentran además (con los diversos nombres de Pitris Solares, Hombres y Dhyânis inferiores) otras dos categorías de seres, demasiado adelantados para entrar en las primeras etapas del manvantara terrestre, aunque necesitaban para su desarrollo futuro del auxilio de condiciones físicas ulteriores. La más elevada de estas dos categorías está formada por seres individualizados, exteriormente parecidos a los animales, y tienen alma embrionaria, es decir, que han alcanzado el desarrollo del cuerpo causal. La segunda categoría está próxima a la formación de este cuerpo. En cuanto a los Pitris Lunares, su primera clase está en el comienzo del período preparatorio para la formación del cuerpo causal; pero sin embargo manifiesta ya la mentalidad, mientras que las clases segunda y tercera sólo han desenvuelto el principio Kámico. Las siete clases de Pitris Lunares son producto de la cadena lunar que se enlaza con el desarrollo ulterior de la terrena o sea la cuarta reencarnación de la cadena planetaria. Como mónadas –con el principio Kámico desenvuelto en la segunda y tercera, en germen en la cuarta, inicial en la quinta e imperceptible finalmente en la sexta y séptima—, estas entidades entran en la cadena terrestre para dar alma a la esencia elemental y a las formas modeladas por los Constructores. (H. P. Blavatsky, en La Doctrina Secreta, no coloca a los Pitris de las dos primeras clases en la “jerarquía de las mónadas procedentes de la cadena lunar”. Los considera aparte, como hombres, como Dhyânis Chohans.).

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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