Si el hombre nuevo quiere que la palabra este viva en el, no podra conse-

guir este favor nada mas que muriendo en esta misma palabra y, si le es permitido poder disfrutar de las inconmensurables magnanimidades del tiem- po, es para que pueda llegar a ese final glorioso, mediante avances suaves e insensibles que lo preparan para recibir la unión de la gran unidad, sin deslum- hrarse con su fulgor ni consumirse con calor abrasador y, al mismo tiempo para que los combates que se le presentan en estos avances diversos estén siempre en proporción con su valor y sus fuerzas.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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