Dios existe. La existencia de Dios no es la cuestión. La cuestión es: no podemos
verlo, no tenemos ojos. Todas las meditaciones y las oraciones y las purificaciones solo te ayudan, hacen que seas capaz de ver. Una vez que puedas ver, te sorprenderás: siempre ha estado ahí. Día tras día, año tras año, se estaba derramando sobre ti, pero tú no eras lo suficientemente sensible para asirte a ello, no estabas lo suficientemente vacío para ser llenado por ello. Estabas demasiado lleno de tu propio ego. Si vamos a los fundamentos, entonces ésta es una de las cosas fundamentales: en el momento en que tú no estás, está la iluminación. Con el vacío se resuelve la cuestión. Si tú continúas, permanecerás ignorante y lleno de oscuridad. Tú eres oscuridad, tu presencia es «la noche oscura del alma». Cuando estás tú, estás separado de la existencia. En eso consiste la oscuridad, la idea de la separación: que «Hay una brecha entre yo y la totalidad. Entonces me quedo solo, entonces hay sufrimiento porque me rodea el miedo: estoy tan solo y soy tan diminuto, y tarde o temprano vendrá la muerte y me destruirá, y no tengo ninguna manera de protegerme contra la muerte». Por eso uno vive temblando de miedo. Pero nosotros creamos el temblor y el miedo, nosotros lo causamos: con la idea misma de estar separados de la existencia. En el momento en que desechas esta separación, en el momento en que ves que no estás separado, que no puedes estar separado, que no hay manera de estar separado, que formas parte de la totalidad, parte intrínseca de la totalidad, que estás en la totalidad y la totalidad está en ti, la cuestión se ha resuelto, y se ha resuelto para siempre. La muerte desaparece, el miedo desaparece, la angustia desaparece, y se libera toda la energía que está involucrada en el miedo, en la ansiedad, en la angustia. Esa misma energía se convierte en la celebración del alma.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .