Solo dos no-mentes pueden comunicarse; incluso sin palabras, la comunicación sucede entonces. Es una comunión.

Pero las mentes están abocadas al choque, al conflicto. Te contaré algunas historias. La primera: Sentado en un restaurante muy elegante, Chico Marx estaba estudiando el enorme menú cuando el camarero principal se acercó a su mesa. El camarero cruzó las manos e inquirió con el porte continental apropiado: «¿Y qué le complace, Monsieur?» «Las chicas», contestó Chico. «¿Y a ti?» La segunda historia: El joven marido y su desposada volaron a Miami para su luna de miel y no se les vio el pelo durante días. La mañana del sexto día entraron en el comedor para desayunar. Cuando se les acercaba el camarero para tomar nota de su pedido, la desposada se volvió a su marido y le dijo tímidamente: «Cariño, ya sabes lo que quiero, ¿verdad?» «Sí, lo sé», respondió él fatigadamente; «¡pero también tenemos que comer en algún momento!» Y la tercera historia: El jefe había estado persiguiendo a su secretaria durante casi un año. Había estado sugiriéndole todo tipo de cosas. En este atardecer en particular, estaba inusualmente persistente. «¡Venga!», le decía. «Vayámonos a cenar, luego al teatro, luego a una discoteca y luego subiremos a mi apartamento.» La rubia replicó: «Me gustaría que comprendiera que soy pertinaz y didáctica en mi repulsa a su proposición salaz, mendaz y denigrante.» El jefe dijo: «No lo pillo.» La secretaria respondió: «Eso es exactamente lo que he estado tratando de decirle.».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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