No negamos las cosas asombrosas y aparentemente "sobrenaturales" que pueden lograrse con el hipnotismo y
con el espiritismo, capaces de subyugar el ánimo de muchas personal que necesitan de lo "milagroso" para creer en el más allá o en la existencia del alma; pero debemos pensar desapasionadamente que todos estos efectos "paranormales" son una de tantas manifestaciones de la "maya" o ilusión de la vida fenoménica, que, lo mismo nos engañan que todas aquellas cosas que vemos "con los ojos de la cara", como ellas contingentes, transitorias, cambiantes y perecederas, que nos atan a mundos de la forma y por consiguiente nos apartan de la ruta de ascenso hacia el inundo de lo eterno, o sea de lo que no cambia ni perece: mundo que hay que conquistar trascendiendo todo plano de manifestación.
Eduardo Alfonso . La iniciación .