«Pensad, pues, que el verdadero objeto de la obra del hombre nuevo es regenerarse en
la vida Divina, que es el amor y la luz. Pensad que no podéis alcanzar este grado de placer sin que Dios os conozca y sin que esté íntima- mente unido a vosotros, como estuvo unido a Moisés cuando lo llamó y lo conoció por su nombre. Pensad que no podéis resucitar (Romanos 8: 9) ni salvaros sin confesar que el reparador ha resucitado, porque no podéis confe- sarlo sin saberlo, sin sentirlo, y, a partir de ahí, sin haber resucitado con él. Recordad después que el reparador no había resucitado todavía cuando dijo a los judíos las palabras que acabáis de oír sobre el poder de expulsar a los demonios y que es una prueba más de que ese poder sólo es secundario en el orden de vuestra regeneración».
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .