Ahora bien: a medida que progresa, este período de su vida adquiere más importancia y

ocupa una parte más considerable de su existencia celeste. Adquiere conciencia de sí, y por consiguiente de lo que le rodea, del no—yo; y la memoria le presenta todo el panorama de su vida a través de las edades pasadas. Ve las causas que en la última existencia terrestre produjeron sus efectos, y estudia las nuevas causas que ha engendrado en esta última encarnación; absorbe y asimila en la textura de su cuerpo causal todo cuanto hay de más noble y sublime en el capítulo de la existencia que acaba de pasar; y por su actividad interior desarrolla y coordina los materiales que lo componen.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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