«Hombre, hermano y amigo mío, ten en cuenta los milagros que se han hecho ante
ti y haz lo posible por evitar el juicio que amenaza a Corazaín, Betsaida y Cafarnaúm. El efecto de la primera prevaricación del padre de los humanos fue sumir a toda su posteridad en la región del destino. Ese hombre desgraciado abandonó su morada espaciosa y libre, en la que ninguna frontera limitaba sus caminos ni podía producirle inquietud sobre su suerte. La cambió por una morada molesta, incómoda, sometida a unas leyes rigurosas y severas, y. en resumen, por una morada tan peligrosa que nunca puede saber que será para él el resultado del destino que la dirige y manda con terrible despotismo. Pasó a una región en la que la apariencia los lleva continuamente de ilusión en ilusión y en la que ejércitos de fantasmas se suceden continuamente ante él para evitar que vea la realidad. De este modo se impuso una ley terrible: la de trabajar para volver, a cualquier precio, a la región de su libertad, si no quería correr los riesgos de quedarse en la región de su esclavitud, sin más esperanza que las tinieblas ni más ayuda que el poder ciego de un amo feroz y duro que. al no conocer el descanso, no puede permitírselo a ninguno de los que vienen a establecerse en sus dominios y a situarse en sus territorios.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .