Muchas personas creen que porque la masculinidad y la femeneidad, tal como son conocidas en

el plano físico, sean principios físicos determinados por su estructura, que lo potente y lo potencial están rígidamente sujetos a sus respectivos mecanismos, pero esto constituye un error. Existe una alternación continua de polaridad en todos los planos, con excepción del físico. Y hasta en los tipos primitivos de la vida animal hay alternación en la polaridad, aun en el plano físico. En los tipos superiores, y especialmente en los vertebrados, la polaridad se determina como un accidente del nacimiento, salvo en los casos de anomalías hermafroditas, que no pueden ser consideradas más que como casos patológicos, y en los cuales sólo un sexo está realmente en actividad, sea cual fuere el aparente desarrollo del otro. El conocimiento de esta perpetua alternación de la polaridad es uno de los secretos más importantes de los Misterios, pero que en absoluto consiste en la homosexualidad, perversión patológica de este hecho y que acusa un desorden de los instintos sexuales, cuando no se comprende bien esta ley de polaridad. En resumen, aunque el procedimiento de reproducción en el plano físico está determinada en cada individuo por la configuración de su cuerpo, sus reacciones espirituales no son tan estables porque el alma es bisexual. En otros términos, en nuestra relaciones en la vida somos positivos o negativos, según sea las circunstancias sean más fuertes o más débiles que nosotros. También en este hecho se destaca que Netzach (Venus Afrodita) sea el Sephirah básico de la columna de Kjokmah. Vemos, pues, que la naturaleza femenina demuestra diferente polaridad en los distintos niveles, porque en Netzach es tan positiva y dinámica como es estática en Binah. Todo esto no es sólo desconcertante intelectualmente, sino muy confuso moralmente; y aun a riesgo de ser acusados de sostener tesis anormales, tenemos que tratar de aclarar muy bien estas cosas, pues sus consecuencias prácticas son trascendentales. Dicen los rabinos que cada Sephirah aparece como negativo en relación al superior del cual emana, y positivo en relación al inferior que de él emana. He aquí lo que nos da la clave: somos negativos en nuestras relaciones con lo que es de tipo potencial superior al nuestro, y positivos con aquellos que es de un potencial inferior. Esta es un relación que se halla en estado de perpetuo flujo y que varía en cada punto de nuestros innumerables contactos con el medio en que actuamos.

Dion Fortune . La Cabala Mistica .

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