A medida que el cuerpo astral se desarrolla, se afina su contextura, su forma exterior

gana nitidez y se completa su organización interna. Impelido a responder a la conciencia con perfección creciente, gradualmente se hace apto para servirle de vehículo separado y trasmitirle con precisión las vibraciones recibidas directamente del mundo astral. La mayoría de los lectores tendrán, sin duda, alguna experiencia de esas impresiones que proceden de fuente externa sin que puedan atribuirse a contacto físico, y que no tardan en confirmarse por algún hecho material. Así el cuerpo astral siente a menudo las impresiones directamente y las trasmite a la conciencia, mostrándose muchas veces bajo forma de previsiones comprobadas a no tardar.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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