Era pequeñín, manso, apocado y subyugado, y había solicitado un empleo como vigilante nocturno. «Sí»,

dijo el manager, dubitativo, «pero el hecho es que queremos a alguien que sea inquieto y receloso, especialmente por la noche; alguien que piense lo peor de todo el mundo, alguien que duerma con un ojo abierto. El tipo de persona, en suma, que cuando le provocan es el mismo diablo». «Muy bien», dijo el manso muchacho mientras salía, «les enviaré a mi mujer».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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