Las escrituras en manos de personas que no saben qué es la meditación son igual
que un farolillo en manos de un ciego: absolutamente inútiles; el ciego no puede saber si el farolillo sigue encendido o no. Simplemente cargará con un peso innecesario..., de hecho, no es útil en absoluto; por el contrario, puede ser un obstáculo. Si el ciego hubiera ido andando sin el farolillo, habría sido más cuidadoso, más cauto. Como tenía el farolillo en la mano, debió de ir andando como si tuviera ojos, debió de abandonar toda la cautela.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .