Señor, como decíamos el otro días queremos vivir con el placer, ¿no es así? No

tratamos de cambiar el placer; queremos que continúe todo el día y toda la noche, perpetuamente. No deseamos alterarlo, ni siquiera tocarlo, ni aun rozarlo con el aliento, por temor de que se vaya; queremos aferrarnos a él, ¿verdad? Nos adherimos a lo que nos deleita, que nos da gozo, placer, sensación a cosas como ir a la iglesia, ir a ‘misa’, etc. Estas cosas nos producen mucha excitación, sensación, y no queremos cambiar ese sentimiento; él hace que uno se sienta cerca de la fuente de las cosas, y nosotros queremos esa sensación, ¿no es cierto? ¿Por qué no podemos vivir igualmente con el dolor, con la misma intensidad, sin querer hacer nada con respecto a él? ¿Lo habéis intentado alguna vez? ¿Habéis tratado alguna vez de vivir con un dolor físico? ¿Habéis intentado vivir con el ruido?.

Jiddu Krishnamurti . El Estado Creativo de la Mente .

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